La ciudad de Cuzco te sorprenderá en cada paso que des. Y no es para menos, ya que en cada una de sus calles se esconde una historia que contar; las más importantes y asombrosas son aquellas que tienen a los incas como principales protagonistas.
El Qosqo, nombre quechua de la capital del Tahuantinsuyo, fue la ciudad desde la que comenzó a expandirse el vasto imperio inca, cuyo territorio se extendió desde el sur de Colombia hasta Chile, pasando por Ecuador, Perú, Bolivia y Argentina.
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La leyenda de Manco Cápac y Mama Ocllo, origen de Cuzco
El origen del Cusco se cuenta a través de la leyenda de Manco Cápac y Mama Ocllo. Según esta historia, el dios Inti (sol) había estado observando cómo vivían los pobladores del Lago Titicaca, quienes habitaban en cuevas y se dedicaban a la caza. Preocupado por su situación, el dios envió a Manco Cápac y Mama Ocllo a que buscasen el sitio perfecto para fundar una ciudad.
¿Cómo saber cuál era el lugar idóneo? El dios les dio para ello un bastón de oro que tenían que hundir en cada territorio que pisasen hasta que encontrasen uno en el que se hundiera con facilidad. Este lugar fue el majestuoso valle en el que actualmente se encuentra Cuzco.
En este momento comenzó, según la leyenda, la misión civilizadora llevada a cabo por los incas y que hizo de Cuzco su capital y, para ellos, el ombligo del mundo.
Los gobernantes incas
Dejando de lado las leyendas, la historia cuenta que entre los años 1100 y 1200 d. C. Manco Cápac, casado con Mama Ocllo, se convirtió en el primer gobernante del que sería conocido como Imperio Inca y mandó la construcción de la primera residencia de los incas: el Templo del Sol, en Cuzco.
Después del mandato de Manco Cápac, hubo diferentes gobernantes que no llegaron a considerarse incas, ya que todavía no se había formado el imperio, y que se establecieron únicamente por los alrededores de Cuzco, sin una expansión mayor.
Todo cambió en 1438 con la llegada de Pachacútec, quien dedicó su mandato a la reconstrucción de Cuzco, aumentando las conquistas, dividiendo el imperio en cuatro regiones y creando la mayoría de monumentos arqueológicos que hoy en día visitan los turistas en la ciudad peruana.
Después de él, en el año 1471 llegó su hijo, el inca Túpac Yupanqui, quien expandió las fronteras del imperio hacia el sur, llegando hasta Chile.
El siguiente soberano del imperio inca fue Huayna Cápac, hijo de Túpac Yupanqui, quien tomó el poder en el año 1488 continuó ampliando las fronteras y se enfrentó a diversas sublevaciones de otras culturas.
A su muerte en el año 1525 tomó el poder su hijo Huáscar, quien continuaba viviendo en Cuzco, pero en Quito, donde ya se encontraba el Imperio Inca establecido, estaba reinando su hermano Atahualpa, lo que provocó un gran enfrentamiento que dio origen a la conocida como Guerra Civil Incaica, que acabaría ganando Atahualpa, último emperador inca, quien se enteró de la noticia de su victoria cuando ya se encontraba en manos de los conquistadores españoles, quienes acabaron con su vida.
Los restos incas en Cuzco
Como contábamos anteriormente, pasear por Cuzco es como hacerlo por un auténtico museo al aire libre. La ciudad, a pesar de que fue ocupada por los conquistadores españoles, quienes construyeron sus propias edificaciones, conserva increíbles lugares en los que se puede apreciar la arquitectura inca: el templo de Qoriqancha, la piedra de 12 ángulos, las calles empedradas…
Además, a las afueras de la ciudad todavía se conservan increíbles construcciones que los incas utilizaban con diferentes objetivos. Uno de los más conocidos es Sacsayhuamán, una antigua fortaleza donde actualmente se recrea el Inti Raymi, la importante fiesta que celebraban los incas en honor al dios Sol cada 24 de junio con motivo del solsticio de invierno.
La mayoría de personas que acude a Cuzco lo hace con el objetivo de visitar Machu Picchu y se llevan la sorpresa de que la capital del imperio inca tiene mucho más que ofrecer. Pasea por sus calles, disfruta de cada rincón y apasiónate con la historia de la increíble civilización inca. ¡Estamos seguros de que Cuzco te va a enamorar!
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